EE. UU. no puede fabricar cargadores de vehículos eléctricos de 5 minutos. CHINA si . Por que?
Los fabricantes de automóviles chinos han lanzado cargadores que pueden recargar la batería de un coche en aproximadamente cinco minutos. La tecnología estadounidense está muy rezagada.
Resumido y adaptado a partir del original de Claire Brown para The New York Times del 19 de Agosto de 2025

La primavera pasada, dos grandes compañías chinas anunciaron un avance disruptivo en la tecnología de baterías: vehículos eléctricos capaces de cargar en solo cinco minutos y recorrer cientos de kilómetros. Patrick George, editor de InsideEVs https://insideevs.com/news/category/news/ , viajó a China para probar los nuevos autos de BYD y destacó que estaban “una o dos generaciones por delante del resto del mundo”. La posibilidad de una carga ultrarrápida podría transformar la percepción de los conductores en EE. UU., al reducir la ansiedad por la autonomía y equiparar el tiempo de carga al de una parada para repostar. Sin embargo, los analistas sostienen que estas innovaciones tardarán en llegar al mercado estadounidense.
El sistema de BYD se sustenta en dos elementos: autos capaces de admitir cargas de hasta 1.000 kilovatios (1 megavatio) y estaciones que suministren esa potencia. Con esta tecnología, en cinco minutos se obtiene energía suficiente para recorrer unos 400 km. En contraste, la mayoría de los autos eléctricos disponibles en EE. UU. cargan a un máximo de 400 kilovatios. Además, el precio en China ronda los 37.000 dólares, considerablemente menor al de modelos de referencia en EE. UU., como el Tesla Cybertruck, que parte de 70.000 dólares.
|Pese al liderazgo tecnológico de las firmas chinas —que también dominan en patentes de energías limpias—, la entrada de estos autos al mercado estadounidense está frenada por los altos aranceles impuestos por sucesivas administraciones. BYD, no obstante, planea desplegar 4.000 estaciones de carga de megavatios en China, impulsadas por el fuerte apoyo estatal que considera esta infraestructura como esencial, al mismo nivel que carreteras o ferrocarriles.

La situación contrasta con la de EE. UU., donde las políticas de apoyo a la movilidad eléctrica han sido inestables. La administración Trump suspendió temporalmente un plan federal para ampliar la red de cargadores —iniciado durante la presidencia de Biden—, aunque lo reactivó recientemente. El Departamento de Transporte anunció que facilitará a los estados el uso de fondos federales para estaciones, mientras que empresas privadas también impulsan proyectos.
En Europa, donde los aranceles no son tan restrictivos, las empresas chinas evalúan expandirse. BYD ha mencionado esa posibilidad, y compañías como Ionity planean lanzar estaciones de carga de megavatios este año, aunque distribuyendo la energía entre varios puestos.

El futuro de la movilidad eléctrica en EE. UU. es incierto. La reducción de incentivos fiscales —como la devolución de 7.500 dólares por vehículo eléctrico— y los cuestionamientos a los planes de California de prohibir la venta de autos a gasolina para 2035 generan dudas sobre la velocidad de la transición. Según Bill Russo, de Automobility Limited, https://hk.linkedin.com/company/automobility las automotrices estadounidenses carecen de incentivos sólidos sin políticas claras que fomenten la electrificación. Russo subraya que la ventaja de China se explica en buena medida por su visión de largo plazo: invertir masivamente en infraestructura de carga antes incluso de que existiera un mercado consolidado. Ese enfoque estratégico ha sido determinante para su actual liderazgo.

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