Siguiendo los pasos al audaz plan de OpenAI para hacer que la IA fluya como la electricidad
Resumido del original por Cade Metz y Tripp Mickle (Sam Francisco USA) en el New York Times del 25 de Setiembre de 2024
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, está hablando con los Emiratos Árabes Unidos, los fabricantes de chips asiáticos y los funcionarios estadounidenses para expandir la potencia informática necesaria para construir inteligencia artificial
A finales del año pasado, Sam Altman, CEO de OpenAI, presentó un ambicioso plan para crear la infraestructura informática necesaria para desarrollar una inteligencia artificial más avanzada.
En reuniones con inversores de los Emiratos Árabes Unidos, fabricantes de chips en Asia y reguladores en Washington, propuso una colaboración multimillonaria para construir fábricas de chips y centros de datos en todo el mundo, incluyendo Oriente Medio.
Aunque algunos participantes y reguladores expresaron dudas sobre el plan, las conversaciones se expandieron a Europa y Canadá. El objetivo de Altman es construir una red global de centros de datos que proporcionen la capacidad informática para la próxima generación de IA.
Este esfuerzo subraya la influencia creciente de Altman en el sector tecnológico, logrando rápidamente reuniones con inversores de Oriente Medio, gigantes asiáticos de la manufactura y reguladores estadounidenses.
El plan de Altman ha sido objeto de críticas, en parte por la enorme cantidad de dinero involucrada. Inicialmente, buscaba billones de dólares, lo que provocó escepticismo, especialmente en Washington, donde se cuestionaba que una empresa estadounidense buscara desarrollar tecnología crucial en el extranjero. Como resultado, Altman ha ajustado sus expectativas a cientos de miles de millones y ha propuesto comenzar con centros de datos en Estados Unidos, con la idea de involucrar a empresas como Microsoft y fabricantes de chips.
Sin embargo, los detalles financieros aún no están claros.
Además, OpenAI está buscando recaudar 6.500 millones de dólares adicionales para fortalecer su negocio, con inversores potenciales como Microsoft, Nvidia y MGX, una firma de inversión de los Emiratos Árabes Unidos.
Esta búsqueda de fondos se debe a que los costos de OpenAI superan sus ingresos: gasta alrededor de 7.000 millones de dólares mientras ingresa 3.000 millones anualmente. En conversaciones privadas, Altman ha comparado los centros de datos con la electricidad, argumentando que, al igual que la electricidad impulsó la innovación, una mayor disponibilidad de centros de datos permitirá avances en inteligencia artificial.
Sin embargo, la escasez de chips y centros de datos actuales ha limitado el desarrollo de sistemas de IA más potentes. Uno de los puntos más polémicos del plan de Altman fue la propuesta de construir plantas de fabricación de chips en los Emiratos, que podrían costar hasta 43.000 millones de dólares cada una.
Estas plantas producirían chips para empresas como Nvidia, que luego serían utilizados por OpenAI y otras empresas de tecnología para sus productos de IA.
Sin embargo, preocupaciones sobre la seguridad nacional, especialmente el temor de que China pudiera tener acceso a esta tecnología crítica, han complicado las negociaciones con los Emiratos.
A pesar de los desafíos, OpenAI ha seguido buscando alternativas en otros países, incluyendo Corea del Sur y Japón, donde ha explorado la construcción de centros de datos alimentados por energía nuclear.
En Europa, también han considerado la posibilidad de utilizar energía de turbinas eólicas en el Mar del Norte para impulsar centros de datos.
En Estados Unidos, Altman ha presentado un plan para construir centros de datos masivos, cada uno con un costo de 100 mil millones de dólares, que albergarían millones de chips de IA y consumirían grandes cantidades de energía.
Durante una reunión en la Casa Blanca, argumentó que estos centros no solo impulsarían la innovación en IA, sino que también contribuirían a la reindustrialización de Estados Unidos, creando hasta medio millón de empleos.
A medida que las negociaciones continúan, OpenAI ha contratado a Chris Lehane, un ex asesor de la Casa Blanca, para liderar su política global. Además, ha incorporado a dos expertos del Departamento de Comercio que trabajaron en la Ley CHIPS, diseñada para aumentar la fabricación nacional de chips. Esta estrategia es parte del esfuerzo continuo de Altman para consolidar a OpenAI como líder en el desarrollo de la infraestructura necesaria para la inteligencia artificial del futuro.
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