Estos robots autónomos pueden cosechar con precisión y suavidad sin cansarse ni necesitar un descanso. Una solución a un problema mundial.
Por Brian Blum, Aurora 27 de Agosto de 2022

La fruta que se pudre en los árboles o en el suelo les cuesta a los agricultores unos 30.000 millones de dólares en ventas al año mientras que los cultivos recolectados incluso con dos semanas de retraso pierden el 80 por ciento de su valor.
Una de las principales razones del desperdicio es la escasez mundial de recolectores de frutas, que se estima que para 2050 crecerá a cinco millones de trabajadores.
Incluso en la actualidad más del diez por ciento de toda la fruta del mundo no se puede cosechar, lo que equivale al consumo anual total de toda la Unión Europea.
Entonces, ¿qué debe hacer un productor? Si no puede contratar trabajadores para recoger la fruta, debería usar drones.
Con ese concepto, la startup israelí Tevel Aerobotics Technoloigies desarrolló robots autónomos voladores (FAR, por sus siglas en inglés) que despegan de una base, recogen solo la fruta madura del árbol y la bajan suavemente para que sea recolectada.
Al no ser humanos, durante la cosecha los recolectores robóticos de Tevel pueden trabajar las 24 horas del día, todos los días. No se cansan nunca y no necesitan salir a tomar un café o ir al baño.

Estos dispositivos funcionan con gas y electricidad y están atados, por lo que no necesitan aterrizar para recargarse.
Cada uno de los FAR está equipado con inteligencia artificial (IA) avanzada que lo ayuda a determinar si una fruta en particular está lista para ser recolectada.
El aparato tuerce y desvía la fruta de la rama con su brazo mecánico de un metro de largo y, si esta tiene imperfecciones que la hacen invendible, comprende que debe desecharse.
“Los robots están equipados con sensores y cámaras. Recopilamos toda la información, hacemos la fusión de datos en el video, y gracias a nuestros algoritmos de aprendizaje automático calcular cómo está la fruta, cuál es la mejor trayectoria para acceder a ella, etc. Hay muchas decisiones que deben tomarse. Y todo se hace de forma autónoma y en tiempo real”, le explicó Yaniv Maor, director ejecutivo de Tevel.
Sin embargo, los robots de Tevel necesitan algo de configuración. Los agricultores, señaló Maor, establecen los parámetros sobre qué frutas quieren recoger, cuál es su clasificación de color para la maduración, cuál es el peso y tamaño deseados y más.

La configuración toma de una a dos horas, y el personal de Tevel se queda durante una semana para capacitar al agricultor sobre cómo operar el sistema.
La empresa también está disponible para resolver problemas que surgen.
Además de recoger, los FAR pueden podar hojas muertas o innecesarias, y en el futuro, podrán rociar pesticidas si es necesario.
Los robots se controlan a través de una aplicación en un dispositivo móvil que analiza los datos recopilados para los agricultores.
“Se puede ver la cantidad de fruta recolectada, su peso, la efectividad de cualquier pesticida o si hubo alguna enfermedad. Los datos pueden permitirle al agricultor saber si debe regar más o menos, ver qué partes de la huerta se están produciendo más o menos fruta y más. Todo esto le permite al productor saber qué áreas deben abordarse. Los agricultores están muy necesitados de estos datos. Los análisis son invaluables para este negocio”, indicó.
Los datos también ayudan a administrar la planta de empaque. “Hoy en día, los distribuidores no saben lo que hay dentro de las cajas. Simplemente saben que lo obtuvieron del recolector”, dijo Maor.
De manzanas a aguacates
Tevel comenzó con manzanas pero desde entonces sumó melocotones, nectarinas, ciruelas y albaricoques.
“Todas las semanas añadimos una variedad adicional de fruta. Ahora tenemos una biblioteca completa de frutas para poder elegir de antemano”, manifestó. Y agregó que el año que viene se sumarán los aguacates.
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