¿Cómo podríamos definir al metaverso? Si bien hoy no hay una definición consensuada, podríamos definirlo como una convergencia entre lo físico y lo digital, tanto en lo que respecta a objetos como a nosotros mismos, las personas.
Si bien esto no es algo nuevo, se potencia por la integración de muchas tecnologías existentes (a las que se le sumarán las futuras) como ser realidad aumentada, realidad virtual, blockchain, 5G, gamificación, Edge Computing y Web3, entre otras.
Haciendo un poco de historia, el término Metaverso fue acuñado por Neil Stephenson en 1992 en su novela ‘Snow Crash’, la misma cuenta la historia de un repartidor de pizza en el mundo real que, a la vez, es un Samurai en el mundo virtual, de ella surge el término avatar para hacer referencia a una imagen con identidad en internet. Entonces, el metaverso es un lugar donde podremos tener tanto nuestra identidad como nuestra propiedad digital, y en el que podremos extender nuestra creatividad como humanos. Dentro de él, podremos vivir una experiencia inmersiva y multisensorial, a través del uso de diversos dispositivos, siendo la siguiente evolución de internet

Hoy el metaverso no es un lugar claramente definido, los usuarios del mismo se distribuyen en múltiples plataformas que no están interconectadas entre sí. Sólo por citar algunas: Decentraland, Fortnite, Roblox y Sandbox.
Si bien aún estamos en una etapa de descubrimiento, muchas organizaciones ven en él un enorme potencial para desatar la próxima ola de disrupción digital, impactando en la vida de individuos y empresas, cambiando hábitos y modelos de negocios.
Cuando hablamos de impacto nos referimos a cambios relevantes en la experiencia del cliente, en el desarrollo de los empleados, en la creación de nuevos productos y servicios, nuevos canales de marketing y ventas, etc.

La gran diferencia con respecto a la forma que interactuamos con la Web es que nos encontramos frente a una interacción inmersiva potenciado por múltiples dispositivos Cascos y lentes de realidad virtual o realidad aumentada, guantes y otros dispositivos hápticos (encargados de simular respuestas táctiles) que permiten una percepción sensorial lo que permitirá vivir experiencias totalmente diferentes a las que hoy vivimos en nuestro día a día.
Aún quedan muchos temas por resolver, no sólo desde lo tecnológico sino desde lo legal y ético. ¿Podremos garantizar que el metaverso se construya de forma responsable cuidando la integridad y privacidad de sus participantes? ¿Será un entorno seguro y confiable para los consumidores y el resto de los participantes? ¿Se alineará con la visión “abierta” de la Web3?
Esto aún no lo sabemos, estas y otras muchas preguntas nos quedan para ir respondiéndolas a medida que se vaya progresando en el desarrollo y la adopción del metaverso, lo que si sabemos o por lo menos muchos sospechamos es que se abre un nuevo escenario para las relaciones y los negocios, y que una parte cada vez mas importante de la población mundial son nativos digitales, que han crecido jugando a juegos cuyas plataformas con modelos de interacción (juegos en redes, colaboración y competencia) y de consumo (vidas, ropa para avatars) son similares a la experiencia del metaverso, por lo que para ellos la adopción es natural.
El metaverso impactará fuertemente en la mayoría de las industrias, según un estudio de McKinsey (1), las estimaciones del impacto que puede tener es de entre $ 2 billones y $ 2,6 billones en el comercio electrónico para 2030, también estima un impacto entre $ 180 mil millones y $ 270 mil millones en el mercado académico de aprendizaje virtual, en el caso del mercado publicitario estima para la misma época un impacto de $ 144 mil millones a $ 206 mil y un impacto de $ 108 mil millones a $ 125 mil millones en el mercado de juegos. Teniendo en cuenta sólo a estos cuatro rubros estaríamos hablando de una economía similar a la de Alemania, la cuarta economía del mundo con 3,3 billones de PBI.
Los mundos virtuales no son algo nuevo, Second Life nació en el 2003 y muchas empresas experimentaron en él sin obtener los resultados esperados. Sin embargo, hoy estamos en una etapa fundacional (o re – fundacional) dónde muchos líderes de diversas organizaciones privadas y públicas están tratando de definir una estrategia que les permita generar ventajas competitivas duraderas / generar valor en forma sostenible en el Metaverso, mientras que por otro lado están tratando de entender que papel quieren jugar allí probando y aprendiendo en estas experiencias.
(1) Value creation in the Metaverse – McKinsey junio 2022
